Son muchas las personas que piensan que es un capricho, lujo o un fenómeno de moda, los aficionados a la tecnología quieren estar al día con lo último en tendencias y novedades, también están los que opinan que son parte de una estrategia de mercado para vender más viviendas y a mayor costo.

No se trata de construcciones hechas para ganar un estatus, por lo que no son una marca ni un referente, son edificaciones erigidas con criterios de sostenibilidad y conciencia ambiental a partir de la incorporación de dispositivos tecnológicos.

Propósitos claros y consistentes

El origen de los edificios inteligentes se remonta a la mayor crisis energética mundial de la historia reciente, con un planeta y una economía a punto de colapso, los ingenieros y arquitectos trabajan en llave para buscar alternativas de ahorro de energía en sus construcciones.

Garantizando un menor consumo de luz y agua en los edificios y casas, con sistemas de control que permitan dosificar, vigilar el uso de estos insumos y fuentes de energía.

Para esto incorporaron paneles solares y racionalizaron el consumo de energía a partir del uso  y la ocupación de los departamentos o áreas de la casa, con mecanismo de encendido y apagado para la luz, la calefacción, la ventilación y la seguridad, entre otros.

El resultado es una reducción en el consumo y con esto, un gran ahorro de dinero, en otras palabras, los edificios inteligentes sirven para eliminar el derroche de energías y recursos, que son la base de sostenibilidad.

Tecnología permite automatizar edificios

Los dispositivos sofisticados, como los sensores digitales, es posible recoger información sobre hábitos de uso y de consumo de los habitantes de una edificación.

Se usan para programar funciones como iluminación, riego de las plantas de jardines o los controles de acceso y seguridad.  Reservar el uso de energía para cuando el sensor se active.

Es pretencioso pensar que las edificaciones pueden automatizar acciones como encender las luces, manejar las cortinas y persianas, activar alarmas y dispositivos de seguridad o controles de acceso en construcciones de todos los tamaños.

Los desarrollos tecnológicos de la época no eran tan asequibles, estaban reservados para edificios de gran factura, con el paso de la sofisticación de Internet y su penetración en los hogares y segmentos, junto con este el desarrollo de aplicaciones livianas, para descargar en el celular.

Estas son construcciones equipadas con materiales que incorporan tecnologías innovadoras, con lo cual permiten su autogestión y autorregulación, realizan actividades de manera sistemática o anticipada, gracias a programadores o sensores que marquen el inicio de una determinada actividad, sin requerir la mano humana.

Para ello, acuden al Internet de las Cosas y la inteligencia artificial, para operar de forma automática actividades de la edificación, como abrir y cerrar las puertas, controlar la temperatura, activar protocolos de seguridad al percibir movimientos intrusivos, encender las luces, abrir y cerrar las ventanas o activar las plantas eléctricas, entre otros.

Incorporación de tecnologías que velan por la seguridad y la calidad de vida de sus ocupantes, automatización mediante una red de sensores, plataformas o paneles de control y gestión que recogen y analizan los datos captados por monitores y demás dispositivos, conectividad total de manera alámbrica o inalámbrica.

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